Ikram Akroud es alumna de 1º B de la ESO, IES Lucas Mallada de Huesca)
Había una vez una chica huérfana de madre y después murió su padre. Esta chica vivía con su madrastra y tenía dos hermanastras y ella solo trabajaba para ellas y su madrastra le pegaba mucho. Un día fueron a un baile que ofreció el príncipe, pero a la chica no le dejaban ir y estaba en la cocina sola y empezó a llorar por su suerte. Un poco después se presentó su hada madrina y le dijo:
- Tú eres muy buena y te vas a esa fiesta.
Pero Cenicienta le contestó: 
-No puedo, porque mi madrastra me pegará y me gritará.
- No, no –le dijo el hada madrina- tú te vas sin miedo.
La chica se puso muy contenta mientras el hada madrina con un gesto de la mano transformo sus ropas sucias en el más elegante vestido; una calabaza en carroza, cuatro ratones en caballos, a unas lagartijas en cocheros.
La chica le dijo:
- Muchas gracias por ayudarme. Hasta luego. – Y se fue al castillo del príncipe.
En la fiesta el príncipe solo tenía ojos para ella, bailaron juntos toda la noche y todos se preguntaban quién sería aquella joven.
La madrastra y sus hermanastras se decían:
- Esta joven es igual que tú hermana.
Y las hermanastras contestaron;
- ¡No puede ser! Mira que esta es guapa y tiene ropa elegante, que hay muchas iguales.
Poco después la chica se acordó de que tenía que irse porque tenía miedo a que llegará su madrastra antes y le pegara, así que se fue rápidamente porque faltaba poco para acabar la fiesta. Cuando se marchó el príncipe salio corriendo detrás de ella y le dijo:
- ¿Dónde vas? Que falta poco para acabar la fiesta. ¡Espera, espera! Pero ella empezó a correr mucho.
Por la noche el padre del príncipe (es decir, el rey) le dijo a su hijo que se iba a casar con su prima.
El príncipe le dijo:
- ¡No porque yo quiero a otra chica! Pero no se donde está, porque se ha ido rápidamente.
El padre le dijo que era mejor que se casara con su prima. A lo que el príncipe contestó;
- Me voy a buscar a esta chica por el pueblo.
Por la mañana la chica está en casa y está como siempre, con su ropa sucia y trabajando para sus hermanastras. Está muy triste, porque ella también quiere al príncipe. Ella quiere casarse, pero tenía miedo de su madrastra.
Mientras tanto, el príncipe está buscando por todas las casas y los campos, sin saber que la chica a la que ama está cuidando las ovejas de su madrastra en el bosque.
Pero por suerte, el príncipe pasa por allí, mira a la chica y empieza a correr hacia ella. Cuando llega hasta ella le dice:
-Tú eres la chica que bailó conmigo ayer.
La chica le respondió:
-No, no soy yo. Yo soy muy pobre.
Pero el príncipe insistió y le dijo: No, eres tú, estoy seguro. Mis ojos se pueden equivocar, pero mi corazón no se puede equivocar. Eres tú. Dime la verdad sin miedo.
Al final, la chica le dijo la verdaed:
-Sí, soy yo.
Entonces el príncipe le dijo: ¿Quieres casarte conmigo?
La chica respondió emocionada: Sí quiero casarme conmigo.
AL saberlo las hermanastras se volvieron locas de celos.
La chica y el príncipe se prometieron que no se separarían jamás y fueron muy felices y comieron perdices.
Y colorín, colorado
este cuento se ha acabado
